En la mañana del 25 de junio, cuando el termómetro político en Madrid marcaba máximos y las denuncias de corrupción contra el Gobierno de Pedro Sánchez no daban tregua, dos protagonistas habituales del rifirrafe parlamentario decidieron cambiar el tono. Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, líderes del PP y VOX respectivamente, mantuvieron una reunión informal en el Congreso de los Diputados, sorprendiendo a la fauna política madrileña y dejando a los cronistas sin su habitual dosis de enfrentamiento directo.