
#28 Gracias a la vida - Violeta Parra
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À propos de cette écoute
Hoy desperté lleno de dicha.
Con una alegría tranquila y plena. Tan tranquila que se podría confundir con cierto tipo de tristeza. Me imagino que algo parecido deben sentir los profetas cuando saben lo que tienen que saber.
El algoritmo que anda sugiriendo qué música escuchar debe estar mejorando, porque en el desayuno me puso esta canción de Violeta Parra, que tradujo la emoción con la que desperté.
Hay canciones que son grandes obras literarias, y
Gracias a la vida es una de ellas. Una canción preciosa, como un encanto que conjura en un par de minutos lo bello que es vivir.
Irónicamente, un año después de escribir esta canción, Violeta Parra se mató. Yo no la juzgo. Solo lo menciono porque no se puede hablar sobre la vida, y evitar la presencia de la muerte. Siempre está ahí, aunque no se la nombre.
Cuando hablamos sobre cómo queremos vivir y enfrentar la vida, nuestras palabras son como un reflejo de cómo esperamos recibir la muerte.
Si pensamos que en el momento en que nacemos comenzamos a morir; vivir y morir se vuelven casi sinónimos.
Ya Séneca hablaba sobre que aprender a morir es aprender a vivir. Decía: “quien aprende a morir desaprende a ser esclavo”.
La idea de la muerte como algo negativo no nos deja vivir bien. No podemos vivir como si fuésemos inmortales, sin tener presente nuestra finitud. Pero tampoco podemos vivir apresurados, pensando que la vida es corta. “Los ocupados no tienen tiempo para nada, pero no viven.”
La vida no es corta, dura lo que tiene que durar.
Séneca diría que 10 mil años no serían suficientes para quien no ha aprendido a vivir. O a morir. Que a veces parece que es lo mismo, aunque no sea igual.
Si algún día los nietos de mis nietos llegan a escuchar este mensaje, que sepan que su ancestro intentó vivir en paz con la muerte, y que si alguna vez me hizo llorar, fue solo porque no pudo evitarlo.
Ahora la canción, leída, para que resuene una vez más.
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio dos luceros que, cuando los abro
Perfecto distingo, lo negro del blanco
Y en el alto cielo su fondo estrellado
Y en las multitudes, el hombre que yo amo
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado el oído que en todo su ancho
Graba noche y días, grillos y canarios
Martillos, turbinas, ladridos, chubascos
Y la voz tan tierna de mi bien amado
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado el sonido y el abecedario
Con él, las palabras que pienso y declaro
Madre, amigo, hermano y luz alumbrando
La ruta del alma del que estoy amando
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado la marcha de mis pies cansados
Con ellos anduve, ciudades y charcos
Playas y desiertos, montañas y llanos
Y la casa tuya, tu calle y tu patio
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio el corazón que agita su marco
Cuando miro el fruto del cerebro humano
Cuando miro el bueno, tan lejos del malo
Cuando miro el fondo de tus ojos claros
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto
Así yo distingo, dicha de quebranto
Los dos materiales que forman mi canto
Y el canto de ustedes, que es el mismo canto
Y el canto de todos que es mi propio canto
Gracias a la vida

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