Historia es interesante pero lectura desafortunada

Es una historia dirigida a un público joven, en la que los personajes a veces pecan de cursis o ingenuos, pero no por ello dejan de ser simpáticos y atrayentes. Me agradó que, aunque desde el principio se podía intuir hacia dónde iba la trama, logró mantenerme enganchado. Esa —la historia— fue la razón por la que no abandoné el libro, a pesar de haber tenido muchas ganas de hacerlo en distintos momentos.

Esto último se debió a la elección tan desacertada del estilo de lectura para el audiolibro.

No quiero pensar que la responsabilidad sea exclusivamente del lector, ya que detrás de la producción hay un equipo de dirección, pero el enfoque que eligieron es muy desafortunado. De inicio a fin, el lector adopta un tono exageradamente neutro, como si hiciera un enorme esfuerzo por alcanzar una dicción perfecta. La prioridad parece ser la locución, no la narración, y por momentos la lectura se vuelve tan lenta que no parece un libro juvenil, sino uno dirigido a infantes.

Además, la interpretación carece de matices: no hay cambios de ritmo, no hay susurros, ni coqueteos, ni rabia… solo una voz constante, alegre y excesivamente efusiva que, por su perfección forzada, hizo casi doloroso llegar al final de la historia.

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