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Donatien Alphonse François de Sade, conocido por su título de marqués de Sade, fue un filósofo y escritor francés, autor de Los crímenes del amor, Aline y Valcour y otras numerosas novelas, cuentos, Fabulas, ensayos y piezas de teatro.

Escritor francés, Henry Réne Guy de Maupassant nació en Dieppe, Francia, el 5 de agosto de 1850 y falleció en París el 6 de julio de 1893. Se formó literariamente con el escritor Gustave Flaubert y participó desde joven en su círculo literario. Se especializó en la narrativa breve, llegando a publicar más de doscientos cuentos a lo largo de su vida, de entre los cuales destacan Bola de sebo y El Horla.

Escritor francés, Henry Réne Guy de Maupassant nació en Dieppe, Francia, el 5 de agosto de 1850 y falleció en París el 6 de julio de 1893. Se formó literariamente con el escritor Gustave Flaubert y participó desde joven en su círculo literario. Se especializó en la narrativa breve, llegando a publicar más de doscientos cuentos a lo largo de su vida, de entre los cuales destacan Bola de sebo y El Horla.

Donatien Alphonse François de Sade, conocido por su título de marqués de Sade, fue un filósofo y escritor francés, autor de Los crímenes del amor, Aline y Valcour y otras numerosas novelas, cuentos, ensayos y piezas de teatro, este audiolibro pertenece al conjunto de cuentos y fabulas del Marques de Sade.

Donatien Alphonse François de Sade, conocido por su título de marqués de Sade, fue un filósofo y escritor francés, autor de Los crímenes del amor, Aline y Valcour y otras numerosas novelas, cuentos, ensayos y piezas de teatro. este audiolibro pertenece al conjunto de obras como cuentos y fabulas.

Preocupado por su sucesión, un rey pide a sus tres hijos que lancen una flecha, cada uno en una dirección diferente, y que se casen con quienes las recojan. Las dos primeras son recogidas por mujeres; pero la flecha del más joven cae en una ciénaga, por lo que tiene que casarse con una rana. La rana resulta ser, en realidad, una joven maga, llamada Vasilisa, la muy sabia que había sido víctima de un maleficio, pero que, finalmente, recupera su aspecto humano.

El barril amontillado, Silencio, El pozo y el pendulo, El cuervo, El entierro prematuro, El retrato oval, El gato negro, La casa de los usher.

La historia comienza en el ático de una antigua casa. El compañero del narrador se refiere al antiguo dueño de la casa y al presunto final violento que le sucedió. Aconseja al narrador que no se quede en la oscuridad ni toque nada, especialmente el objeto pequeño sobre una mesa, que el compañero parece temer considerablemente. Observa a otros hombres dentro de la habitación, todos vestidos con traje de clérigos, incluyendo un obispo; Se enfrentan al primer hombre, que alcanza el objeto sobre la mesa con una sonrisa irónica.

Una pequeña embarcación de turistas se ve afectada por un mal temporal, el yate en el que viajaban choca con unas rocas, provocando que los tripulantes tengan que pedir ayuda en una pequeña comunidad que esta a unos metros de ahí. Cuando llegan al pueblo en busca de auxilio se encuentran con una misteriosa sorpresa.

Se cuenta que en Ulthar vivía una anciana pareja de campesinos que se divertía capturando y matando los gatos de la gente del pueblo. Un día pasó por el lugar una caravana de peregrinos y el gato de Menes, un huérfano que viajaba con ellos, desapareció. Menes se enteró de las crueles costumbres de la pareja y, antes de partir, elevó una plegaria que provocó que todos los felinos de la zona fueran a la cabaña de los ancianos y los devoraran.

De acuerdo con el relato, hace más de 10.000 años una raza de pastores colonizó las orillas del río Ai en una tierra llamada Mnar, formando las ciudades de Thraa, Ilarnek y Kadatheron (no confundir con Kadath), las cuales se erigieron como grandes proezas intelectuales y mercantiles. Deseando más tierra, un grupo de estas personas emigró a las orillas de un vasto y solitario lago en el corazón de Mnar, fundando la metrópoli de Sarnath creada a la orilla de un vasto lago, atraídos por un yacimiento de metales preciosos. Pero los colonos no estaban solos.

Cuento de demonios perseguidores y maldiciones en un remoto pueblo del Pirineo francés. Denniston viaja a Saint Bertrand de Comminges, un viejo pueblo situado en los Pirineos, para recabar información de la iglesia del lugar.

nos cuenta la historia de un hombre herido y su sirviente, que se adentran a un castillo recientemente abandonado, en el que se encuentran varias pinturas, una en particular llama la atención del relator.

El señor Williams es un gran aficionado a adquirir viejos grabados y estampas. Como es habitual, recibe un catálogo del señor Britnell, sugiriendo éste que examine cierto grabado que puede ser de su interés. Dicho grabado contiene la vista de una casa de principios del siglo XVIII, y al final lo solicita, junto a otros artículos del catálogo. Poco a poco irá desvelándose la naturaleza del grabado. Otro cuento imprescindible.

James vuelve al marco de la mansión maldita por hechos acaecidos en generaciones pasadas, en este caso relacionados con la caza de brujas en Inglaterra.

Mr. Anderson viaja a Viborg en busca de algunos documentos para su investigación sobre la historia de la Iglesia de Dinamarca. Llega a una casa hotel, “The Golden Lion”, y se hospeda en el cuarto 12. Conoce al señor Kristensen, el dueño y gerente, y al señor Jensen, un abogado hospedado en la habitación 14, junto a la suya. El primer día, Anderson ve que no hay registro de una habitación 13, lo que es costumbre en Dinamarca. En la noche, Anderson siente que su habitación es más pequeña que antes, y por un momento cree que es por la poca luz.

El señor Wraxall viaja a Suecia con motivo del libro de viajes que está escribiendo. Una de sus paradas es la mansión de De la Gardie, toda una antigüedad. Entre las reliquias se encuentra el retrato de Magnus, el primer De la Gardie, por quien siente un vivo interés; incluso querrá visitar el mausoleo de la familia.

La hija de un molinero hace un pacto un tanto inusual con un enano a cambio de completar las tareas imposibles que le pide el rey.

Una pata tiene varios patitos, pero uno de ellos es mucho más feo, tosco y torpe que el resto, por lo que todos le dan de lado y se burlan de él. El patito decide huir de allí y se enfrenta solo y triste a los problemas del invierno.

La catalepsia, pues, hace al narrador muy proclive a caer en estados de inconsciencia, un problema que se le ha ido agravando con el tiempo. Su peor pesadilla es perder el sentido en ocasión de hallarse lejos de su hogar, y que, al ignorarse sus circunstancias en el nuevo medio, sea dado por muerto. Así, hace contraer la promesa a familiares y amigos de que no lo enterrarán antes de haber comprobado fehacientemente su óbito.